COOPERACIÓN RESPONSABLE
Voluntariado internacional ético
Desde Sunu Gaal promovemos un voluntariado internacional responsable, basado en el respeto y el compromiso, de manera que no perdamos la perspectiva del objetivo principal del proyecto: el primer beneficiario de todas las acciones que se realizan es una comunidad desfavorecida.
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Nuestras voluntarias y voluntarios desarrollan una labor de apoyo imprescindible para el éxito de nuestros proyectos.
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El equipo voluntario que se desplaza a Senegal desempeña exclusivamente aquellas tareas que no pueden ser asumidas por el equipo autóctono. Por ese motivo, nuestras ofertas de voluntariado en Senegal responden a perfiles profesionales sanitarios muy concretos.
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Los proyectos de Sunu Gaal están codirigidos por la comunidad local, como parte de un trabajo continuo y sostenible con una adecuada transferencia de conocimientos a la comunidad y la contribución del voluntario/a forma parte de un esfuerzo impulsado por ésta. Esto garantiza que su contribución tenga un efecto duradero.
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Priorizamos el voluntariado comprometido de larga duración y voluntarias/os se involucren con el proyecto, respetando en primer lugar y, ante todo, la dignidad y los derechos de las personas con las que trabajamos.
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SUNU GAAL -CÓDIGO DE CONDUCTA DEL VOLUNTARIO
Senegal es un país donde puedes encontrar cortes de electricidad, limitaciones en el consumo de agua y combustibles, cambios bruscos de temperatura y otras situaciones incontrolables que no se pueden planear. Por este motivo tendrás que ser flexible y comprensivo para adaptarte a todos los posibles cambios.
Los senegaleses no tienen la misma noción del tiempo que nosotros y su vida está estructurada de manera bien diferente a la nuestra. Nosotros como cooperantes debemos adaptarnos a ellos y no al revés, así, evita analizar las situaciones desde un punto de vista europeo.
En el caso en el que los coordinadores sientan o perciban que repetidamente te estás comportando de manera contradictoria a la ética de nuestra empresa podrás ser expulsado del programa. Recuerda que como voluntario de Sunu Gaal nos representas y debes seguir las normas marcadas por la asociación.
El código de conducta se define pero no se limita a los siguientes puntos:
1. Entiende que este no es un viaje personal sino que representas a SUNU GAAL.
2. Respeta e intenta comprender la cultura del país donde estás realizando el voluntariado. Debes ser tolerante con sus normas y leyes, aunque sean bien distintas a la de tu propia nacionalidad. Evita el norte-centrismo en tus análisis y conducta.
3. Está totalmente prohibido realizar o subir a redes sociales ninguna foto con niños menores de edad ni pacientes de los proyectos. Las fotos se limitarán a las intervenciones y tratamientos con la finalidad de documentar las expediciones y serán propiedad de Sunu Gaal.
4. El uso de alcohol mientras se realiza el voluntariado está totalmente prohibido.
5. Entiende que no se trata de un hotel 5* por lo que internet u otros servicios puede que no siempre estén disponibles.
6. Se respetuoso y educado con el resto del grupo, las tareas comunes se realizarán entre todos y cada voluntario debe participar de las mismas. Si tienes algún problema personal, dirigente al coordinador de Sunu Gaal para resolverlo.
7. Entiende que tu labor se limita únicamente a tu campo de trabajo y no a ningún otro.
8. Viste apropiadamente en todos los casos según la cultura y el proyecto elegido.
9. Trata a todo el mundo con respeto y dignidad.
10. Sigue las normas del coordinador de voluntarios de Sunu Gaal en todo momento.
Desde SUNU GAAL rechazamos la práctica del volunturismo promoviendo un voluntariado responsable.
¿Qué es el volunturismo?
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El Volunturismo es una actividad que está cada vez más presente en occidente como manera de colaborar internacionalmente. Sin embargo,
¿es un voluntariado responsable?
¿Por qué se relaciona con el “Síndrome del Salvador Blanco"?
¿Hay alternativas para cooperar internacionalmente dentro de un plano sostenible?
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" El volunturismo surge a principios de los 2000 como una práctica común en gente joven donde la principal causa por la que se realizaban este tipo de viajes era el énfasis de la transformación personal disfrazada de filantropía. El volunturista encuentra en sus experiencias la fórmula perfecta para conocer mundo, hacer currículum y, en muchos casos, promocionarse en redes sociales dando una imagen de persona altruista y caritativa. Esto conlleva que la labor, que en un principio se pretende realizar en la comunidad de destino, pase a un segundo plano siendo completamente instrumentalizada por esta necesidad de alimentar el ego de la persona que viaja.
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En redes sociales vemos constantemente cómo influencers, actrices y actores, artistas y un sinfín de personas con cierta relevancia, realizan viajes a países de África, Asia o Latinoamérica. En dichos viajes participan en actividades con la población local, se hacen fotos y vídeos con los niños queriendo dar una impresión tierna y dulce de lo que es la acción humanitaria. Sin ir más lejos, encontramos que muchos medios de comunicación utilizan imágenes de personas en situación de vulnerabilidad para tratar de «sensibilizar» sobre la realidad que millones de personas viven en su día a día en todo el mundo, aunque en muchos casos lo único que hacen es ayudar a perpetuar la situación.
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La visión que suele tener Occidente de los países en los que se realizan estas estancias es la de falta de recursos, de desarrollo y bajo nivel educativo y cultural, lo que posiciona al visitante en un estatus de superioridad. Relegar a estos países a una situación de necesidad constante, de abandono, no deja de ser una evolución neocolonialista en la que los países en vías de desarrollo buscan reproducir el éxito de la modernidad y la economía occidental sin tener en cuenta que es Occidente el que ejerce un amplio control sobre estos países y que parte de su éxito se basa en la expoliación de los mismos.
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Continuando con dichas prácticas colonialistas, el viajero encuentra en la superación de las dificultades como la escasez de alimentos, de agua, de educación y sanidad gratuitas, obstáculos a los que enfrentarse y superarlos olvidándose finalmente del motivo de su viaje adquiriendo un rol de “salvador blanco”. Concepto que podemos definir como la necesidad de sentirse héroe o heroína ante aquellos a los que se consideran inferiores.
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A priori, no existe daño aparente, pero analizando la situación nos encontramos con que es una actitud profundamente racista, en la que el occidental ha de salvar a las comunidades puesto que entiende que es su deber, pero sólo perpetúa la desigualdad."
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¿Qué es el complejo del salvador blanco?
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El síndrome o complejo del salvador blanco son las prácticas que llevan a cabo personas como cooperantes, voluntarias o turistas en países africanos u otros países empobrecidos tras siglos de colonialismo. Se trata de una perspectiva que se ha afianzado a lo largo de la historia a consecuencia de la colonización y las misiones. El salvador blanco es esa persona blanca que salva o rescata a personas racializadas de sus opresiones, sus dificultades, sus problemáticas. Son acciones que percibimos como altruistas, pero que nacen de una posición de superioridad moral y que perpetua el enorme cliché que solo señala a las personas de color como incapaces de hacer nada por sí mismas y de trabajar para que su país salga adelante.
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Estos son algunos de los problemas que tiene la reproducción de este cliché:
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• las personas blancas son buenas y constantemente salvan al resto de la humanidad
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• da a entender que las personas racializadas son incapaces de resolver sus problemáticas, que necesitan ser ayudadas siempre y que, por supuesto, sólo la Gente Blanca es quien está legitimada para sacarlas del atolladero.
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• infantiliza a las comunidades racializadas, negándoles su capacidad de resolución (que, evidentemente, la tienen) e invisibilizando a las personas que, dentro de dichas comunidades, tienen capacidad de liderazgo y resuelven problemas.
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No debes posicionarte tú en el centro de la solución de esos problemas. Hacerte fotos junto a miembros de la comunidad a la que apoyáis desde tu organización no aporta nada positivo y solo os posiciona como salvadoras/es.
Consejos para no caer en el complejo del salvador blanco:
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• Cede el protagonismo. Tú no eres el importante.
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• Cuida al máximo las imágenes. Nada de fotografiar ó fotografiarse con niños/as y nada de compartirlo en redes sociales, son menores y si éstos fueran occidentales les pixelarías la cara o te arriesgarías a una denuncia. Ten el mismo respeto por los no occidentales.
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• Pide siempre consentimiento a las personas que quieres retratar. No utilizar ni perpetuar las generalizaciones que se hacen sobre la población local o retratarles de manera pasiva. Alejarse del uso de palabras que desmoralicen o propaguen aún más los estereotipos y, sobre todo, no tratar a las personas como atracciones turísticas
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• No caigas en la «pornificación» de la pobreza. No explotes visualmente la situación de las personas pobres, no hagas de la pobreza un espectáculo y de las personas simples objetos de atracción turística.
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• Ten muy en cuenta las particularidades del país elegido y de su población autóctona. Infórmate sobre el país al que viajas, sus costumbres, su historia. Reconoce el papel del colonialismo, la esclavitud, los conflictos pasados y presentes.
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• Fomenta el activismo. Animar a aprender más sobre las causas del problema y las posibles soluciones, alimentando una acción regular y sólida.
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• No des por hecho que lo que tú tienes es lo mejor, lo más deseado o la única solución para esas personas.
Lo que importa no es la intención, es el impacto real
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Si te interesa saber más: